La Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP) es la enfermedad prostática más común y, probablemente, se trate de la cirugía más frecuente en Urología. Consiste en el crecimiento del adenoma de próstata, que estrecha el conducto urinario y, por tanto, dificulta el paso de la orina desde la vejiga al exterior.

Está presente en más de la mitad de varones de 60 años y en el 80% de los ancianos, con un pico de incidencia entre los 50 y los 70 años . Nada tiene que ver con el cáncer de próstata, aunque ambas enfermedades pueden coexistir en un mismo paciente.

La próstata comienza a crecer de manera gradual en todos los hombres a partir de los 30 años. Un aumento considerable puede derivar en la Hiperplasia Benigna de Próstata. Dicho agrandamiento puede verse agravado, lógicamente, con el envejecimiento.

 

Próstata

 

Síntomas de la HBP

El abanico de síntomas abarca desde obstructivos, como son el chorro miccional flojo, sensación de vaciado incompleto, goteo postmiccional, aumento de la frecuencia miccional durante el día y durante las horas de sueño, hasta otros síntomas como son la urgencia por orinar e incluso la incontinencia urinaria.

Estos síntomas empeoran a medida que la glándula crece. Aun siendo una patología benigna, puede derivar en complicaciones médicas como retención aguda de orina, sondaje vesical, sangrados prostáticos, litiasis vesical (presencia de piedras) o insuficiencia renal.

Tratamientos

Se estima que un tercio de los pacientes que sufren HBP terminan requiriendo tratamiento quirúrgico, bien por mala respuesta o hartazgo de los fármacos, o bien por complicaciones de la propia enfermedad.

El tratamiento quirúrgico del adenoma de próstata constituye la forma más eficaz para resolver toda la sintomatología asociada a la hiperplasia benigna de próstata. Normalmente, en función del tamaño de la glándula se aborda su tratamiento quirúrgico bien por vía transuretral o bien por vía abdominal mediante cirugía abierta clásica. El principal reto del tratamiento quirúrgico, además de resolver los problemas urinarios, y siendo la próstata una glándula muy vascularizada, es evitar el sangrado de la cirugía. Lógicamente, el riesgo de hemorragia adquiere una importancia todavía mayor cuando se hace cirugía abierta o en pacientes de cierta edad.

Resector, aparato con el que se realizan las cirugías transuretrales

La técnica quirúrgica más adecuada depende del tamaño de la próstata y sus características. El doctor Alonso y Gregorio aborda de manera integral las diferentes alternativas y ofrece a sus pacientes la mejor para cada caso concreto.

Los métodos quirúrgicos que mejores resultados ofrecen son el láser de Holmio y la fotovaporización con láser verde. Desde la Unidad de Láser de próstata del Hospital San Francisco de Asís, el doctor Sergio Alonso y Gregorio -responsable del Servicio de Urología- ofrece un tratamiento personalizado a cada paciente en función de sus características particulares.

Son muchos los pacientes sometidos a tratamientos farmacológicos -en muchos casos de por vida- para aliviar unos síntomas que tienen un impacto negativo en su calidad de vida personal y profesional. Las técnicas quirúrgicas basadas en laserterapia ofrecen las mejores ventajas y una solución definitiva de esos problemas.

No obstante, no todos los pacientes necesitan tratamiento quirúrgico, y para todos ellos las distintas opciones farmacológicas ofrecen unos buenos resultados y con un buen perfil de tolerancia. Sin embargo, los fármacos presentan efectos secundarios que pueden interferir igualmente en la calidad de vida de nuestros pacientes, y en algunos casos de forma importante.

Introducción del resector a través de la uretra

Hasta la fecha, podíamos ofrecer a nuestros pacientes bien un tratamiento farmacológico o bien un tratamiento quirúrgico. Para todos aquellos pacientes que, o bien no desean estar ligados a un tratamiento farmacológico de por vida o bien no optan por un tratamiento quirúrgico en el momento actual, disponemos hoy en día de un método mínimamente invasivo que ofrece un alivio evidente de los síntomas urinarios al tiempo que evita los efectos secundarios más habituales de los fármacos y los tratamientos quirúrgicos, y que impactan de forma negativa en la esfera sexual (sistema Rezum)

  • El láser de Holmio está especialmente indicado en próstatas de gran tamaño. Su principal ventaja es la ausencia de incisiones, mínimo riesgo de sangrado y alta hospitalaria precoz -24 o 48 horas- sin necesidad de sonda. Consiste en extirpar el 100% del adenoma de próstata de forma similar a la cirugía abierta, pero a través del conducto urinario. Además, cuenta con una gran eficacia hemostática (sangrado escaso).

 

  • La fotovaporización con láser verde está especialmente indicada en próstatas de pequeño tamaño y ofrece ventajas idénticas al láser de Holmio. Se trata de un tratamiento mínimamente invasivo. Consiste en evaporar el tejido que obstruye el conducto urinario a través de láser. Una vez intervenido, el paciente está menos de 24 horas en el hospital, lo abandona sin sonda y puede reanudar sus actividades rutinarias en 2 o 3 días. Es considerado uno de los avances más importantes que se ha realizado en los últimos 25 años en el tratamiento quirúrgico de la Hiperplasia Benigna de Próstata.

 

  • El sistema Rezum ha supuesto una auténtica revolución en el tratamiento mínimamente invasivo de la Hiperplasia Benigna de Próstata. Importado de Estados Unidos, llegó hace relativamente poco a España. La intervención se realiza mediante una sedación profunda, se completa en unos 5 o 10 minutos y los efectos secundarios que afectan a la esfera sexual se reducen a cero. Consiste en la introducción a través de la uretra de un dispositivo que desprende vapor de agua caliente. Una vez alcanzada la glándula prostática, mediante una aguja endoscópica se inyecta en su interior ese vapor de agua, que destruye el tejido prostático sobrante que obstruye el flujo de la orina. Por tanto, es un procedimiento que se realiza de forma ambulatoria y que puede requerir de sonda vesical durante 3-5 días.

 

  • La enucleación por laparoscopia constituye una alternativa excelente al láser de Holmio, aunque suele ser el menos habitual.

El objetivo principal de la operación de la HBP es mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes.